Psiquiatría forense

La Psiquiatría Forense es el conjunto de nociones médico-legales-psiquiátricas que tienen importancia en el Derecho (penal, civil, laboral, canónico) y que se relacionan con algunos aspectos de la capacidad mental y psíquica. 

La Psiquiatría clínica se ocupa de las enfermedades mentales y de las alteraciones del comportamiento que se consideran anormales, morbosas o patológicas. Pero la Psiquiatría, como especialidad médica, tiene características propias que la distinguen de las demás áreas de la medicina y no ha alcanzado el grado de precisión y objetividad de otras cuyo campo lo constituyen enfermedades mejor conocidas en cuanto a sus causas, entre ellas las lesiones que las producen,fácilmente identificables en los órganos y los tejidos, o que originan modificaciones bioquímicas y funcionales en el organismo que pueden comprobarse por medio de técnicas de laboratorio o de exámenes de imágenes radiológicas o de ultrasonido y otras pruebas objetivas y concretas.

La Psiquiatría se ocupa de los aspectos menos tangibles, más subjetivos del ser humano enfermo, como su conducta, sus motivaciones, las alteraciones de su pensamiento, de sus afectos, de los problemas de desajuste o desadaptación de la personalidad a su medio cultural y social cuando son provocadas por causas patológicas. 
En algunas enfermedades mentales y precisamente las más importantes y las más graves, como las esquizofrenias y las enfermedades afectivas maniaco-depresivas, no han podido descubrirse ni comprobarse causas físicas, ni las perturbaciones bioquímicas halladas han sido bien comprendidas. Tampoco los conocimientos psicológicos y sociales pretenden explicarlas son concluyentes. En el estado actual de los conocimientos lo más prudente y sensato es aceptar el llamado ENFOQUE MULTIDIMENSIONAL en el que tienen en cuenta tanto los factores orgánicos (biológicos) como los psico-sociales. 

La medicina puede ayudar al Derecho, con la aplicación de ciertos conocimientos médicos, para contribuir el esclarecimiento e investigación de ciertos asuntos y para ayudar al Juez o Jueza a formarse su criterio antes de tomar su decisión. 
Así como el médico legista da un dictamen muy objetivo y concreto, como la descripción de unas heridas, o de unas lesiones, o una autopsia, el o la perito Psiquiatra legista emite su dictamen sobre aspectos tales como la capacidad en lo civil o la responsabilidad en lo penal. Más exactamente, no emite su concepto directamente sobre estos temas sino sobre determinados estados morbosos psíquicos que pueden alterar la capacidad de obrar razonablemente (en lo civil). O bien el (la) perito Psiquiátra dictamina acerca de un posible vicio de consentimento que puede haber existido en el momento de contraer matrimonio (en derecho canónico). 
Al respecto es muy importante recordar que los dictámenes de los peritos no son de forzosa aceptación por los jueces, quienes pueden aceptarlos o rechazarlos pero no modificarlos. En cierto modo, jurista y médico (a) hablan distintos idiomas,pero precisamente en la Medicina Legal y la Psiquiatría Forense esos distintos idiomas deben ponerse de acuerdo, para llegar a un fin común, que en este caso es la colaboración que la medicina psiquiátrica presta al derecho (penal o civil) para el esclarecimiento de un punto concreto. Así pues el (la) médico (a) Psiquiatra no es llamado para dar un diagnóstico clínico de la persona que ha delinquido o del presunto interdicto, lo que se pide al perito es determinar si el sujeto de la peritación se hallaba en alguno de los estados que define la Ley, así esta denominación del código o de la ley no tengan el mismo significado que en medicina. En cierto modo el perito médico debe traducir, si así puede decirse, los términos médicos a términos legales.


La Psiquiatría Forense tiene una problemática más extensa y más compleja que el resto de la medicina. La sociedad mantiene prejuicios sobre la enfermedad mental, de los que interesa subrayar el referente a su peligrosidad, prejuicio que ha venido influyendo en la legislación, en realidad, la peligrosidad se da sólo en un porcentaje reducido de los casos y se ha preocupado de controlar la conducta del "enfermo mental peligroso", hasta hace bien poco, con medidas análogas a las establecidas para todos los delincuentes. Existen unas especiales relaciones entre el Derecho y Psiquiatría. Es un error presentar como grave malentendido el concepto médico de enfermedad y su concepto jurídico, porque la jurisprudencia no pretende formar un concepto propio de la enfermedad. Por otra parte, algunos conceptos psiquiátricos son tachados por los juristas como borrosos e imprecisos, por ejemplo, el pronóstico y curso de la enfermedad mental, reprochándose a la Psiquiatría que no puede establecer normas seguras sobre ellos. Esa objeción es exagerada, porque en el estado actual de la ciencia psiquiátrica, con la existencia de sutiles medios complementarios de diagnóstico y el perfeccionamiento del tratamiento (eficaces medicamentos psicofármacos, diversas formas de psicoterapia, etc.), respecto del pronóstico futuro de muchas psicosis, psicopatías, déficit intelectuales, podemos pronunciarnos actualmente con toda fiabilidad.


Las funciones del (la) Psiquiatra Legista, en cuanto al Derecho Penal, son primordialmente, la elaboración de informe sobre el estado de salud mental de un acusado, lo que engloba dos cuestiones fundamentales: si reconoce el valor de sus actos y si es capaz de actuar conforme a ese conocimiento, en ocasiones valoración del potencial delictógeno. 
Como consecuencia de ello puede inferirse una anulación o una disminución de su imputabilidad,estableciéndose por los juristas la existencia de una eximente completa, incompleta o una atenuante de la responsabilidad criminal. En el Derecho Civil, los (las) Psiquiatras Forenses determinan-como función más habitual-si determinada persona está afecta de anomalía deficiencia o enfermedad mental, lo que puede constituir alguna de las causas de restricción de la personalidad jurídica. En cuanto al Derecho Laboral, para demostrar la existencia de una concausa psíquica en un accidente de trabajo y para valorar como incapacidad una secuela psíquica en un accidente.También en la investigación de la simulación de enfermedad mental.

Para ejercer la Psiquiatría Forense se tiene que ser Psiquiatra Clínico y poseer un conocimiento jurídico de lo que la Ley exige del (la) Psiquiatra y de como puede transformar sus conocimientos médicos y psicológicos en aplicaciones jurídicas. El (la) Psiquiatra clínico realiza una anamnesis, una exploración minuciosa, emite un diagnóstico, elabora un pronóstico y establece un tratamiento, mientras que el (la) Psiquiatra Forense tiene la misión después del diagnóstico y el pronóstico, de indicar lo que es más importante desde el punto de vista legal, es decir, cómo la alteración psíquica influye sobre la facultad de conocimiento de la penalidad del hecho y sobre la capacidad de actuar de acuerdo con este conocimiento. Lo cual no siempre está en simple relación con el diagnóstico de salud o enfermedad, ya que, por ejemplo, en casos leves de psicosis-enfermedad mental propiamente dicha-puede ser discutible alguna vez la existencia o no de imputabilidad, mientras que, por otro lado, en casos intensos de trastorno de personalidad-que en estricto criterio psiquiátrico no son enfermedades mentales-pueden existir dudas sobre la imputabilidad de la persona.La Psiquiatría se halla en la encrucijada entre biología, psicología y sociología,de hecho la moderna Psiquiatría está impregnada de espíritu sociológico: la curación de un enfermo mental exige, a menudo, manejar adecuadamente los factores ambientales.

Marcó, J. Et al. Psiquiatría Forense. Salvat Editores,S.A. Barcelona. España.1990.
 

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